Leyendo a Wiiliam Faulkner
pierdo mi tiempo
y los estribos.
siento una mazorca
desgarrando mi carne,
olisqueo queso rancio
en los rincones del cuarto.
el sol incoloro
brillo de las violaciones
y las guerras.
unto mi mano en sangre
mierda
flujo
saliva
esperma
mientras el otoño
derrama sus hojas
sobre las calles
ruidosas al costado de la ruta.
a lo Bukowski bebería hasta
la derrota.
pero la derrota es esta siesta
apacible
mientras las fabricas humean.
aunque beber
sea siempre una buena forma
de amar la vida.
garabateo letras
palabras
construcciones lúdicas de la mentira.
antes que el verbo fue el acto.
cierto.
pero el acto no habla
no se dice a si mismo
no se revela como verdad.
podría cortarme esta lengua
para desterrar por siempre los discursos
y martillar mis dedos para impedir la escritura.
seria puro acto,
odio
amor
locura
paz
en estado puro.
o seria un fantasma dejado de lado
en algún rincón olvidado.
eso si silenciaría el dolor
devoraría trocitos de angustia
de la conciencia.
feliz, lo que se dice feliz,
es un lujo de la imbecilidad.
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