domingo, 29 de marzo de 2009

Tantas noches


Tantas noches llevo ya perdidas o vividas de otra manera.
Tanto dolor que aun no puedo apagar.
El rictus del mundo visto desde el prisma de un rivotril,
para bajar dos días de alcohol y cocaína.
Y el grito ahogado que oprime mi pecho
que me empuja a buscar otro trago y otro pase
para ver si esta noche la suerte cambia.

Tantas noches de paranoia, escondiéndome de las miradas
y los pasos frenéticos que me persiguen.
Tantas noches filosofando desde la lucidez suicida
del sniffe y la botella vacía.

Entonces el grito ahogado que oprime mi pecho
Me conduce a buscar en un instante de sexo comprado
algún resto del amor que se ha ido.

Tantas veces me jure ponerle fin
a este viaje intenso por montañas de locura,
donde habitan los cadáveres ocultos en el corazón
de lo que fue nuestra historia.

Fantasmas tiranos que pugnan por salir a la luz.
Los besos robados de la juventud.
Las corridas y marchas por el gobierno de la calle.

Y cada vez que lo digo, otro pase y otro trago
me colocan en el punto justo de la lucidez,
donde la pasión por la destrucción
que exaltaba el buen Bakunin,
se vuelve la pasión más constructiva

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