sábado, 8 de octubre de 2011

el dogma del amor

Llegaste un día y me dijiste que yo no te importaba que era uno más que solamente tenia la ventaja de la distancia. Recuerdo, que en aquel bar llenos de viejos y viejas que han renunciado a recordar para esperar su ultimo suspiro, pateé aquella botella de cerveza y el ruido era la única maldita cosa que llenaba el lugar. (Era un océano era una cordillera era un buitre merodeando en algún campo de batalla). Unos pasos dados en la noche hacia algún lado. Ateos del dogma del amor, cautivos de la carne, los fluidos y las mentiras.

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