lunes, 8 de febrero de 2010

No puedo soñar, Dr Freud

-Dr Freud me siento atrapado en una angustia que nace del sometimiento a la moral. Del deber vivir. O del no disponer morir. De la obediencia ciega a la vida. Tengo miedo y angustia. Durante mucho tiempo deje morirme en el literal sentido del termino. Abjure de toda esperanza en la condición humana. Me percate de la miserabilidad y la fragilidad de toda certeza contrastada con la realidad. ¿Qué más quedaba? Ahora le tengo un miedo terrible a la muerte. Al final. Y mire dr. Freud que siempre pensé como Spinoza, un judío sabio y ateo desmesurado como usted, que la muerte era un final. Que no valía la pena perder el tiempo en ella.
-Amigo, esa obediencia a la vida, ese apego a seguir respirando, amando, bebiendo, es tu inconsciente deseo a una vida desligada de ataduras y presiones. Es el mandato de la cultura quien nos arroja a las sombras. Es la obligatoria búsqueda de la felicidad a través del sacrificio.
-Pero el asunto es que no soy feliz, ni me interesa de esa manera. Comprendo que la libertad es dolorosa. Pero ese dolor es el que me empuja a resistir y doblega a la vez. Me siento ahogado entre tanta incertidumbre y temor.
-Ese temor es el trauma de reconocer nuestro origen, nuestro impulso vital a hacer pleno uso de la conciencia y de las facultades de la vida sin negar la libertad que nos constituye como sujeto.
-A la mierda Dr Freud no entiendo nada pero. ¿Feliz o libre es la disyuntiva?
-Es una manera de planteárselo.
-No puedo soñar dr Freud. No puedo dormir.
-Entonces tome cocaína y sueñe despierto.
-Gracias. Esto me hace sentir mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario