viernes, 21 de agosto de 2009

La persiana de la moral


La persiana moral no puede clausurar el deseo.
Por suerte.
Será por eso que ella,
Que no llamaba mucho la atención,
Salvo por un culo enorme y unas tetas pequeñas
De pezones grandes y endurecidos,
Después de tomar unos pases de cocaína,
Con su novio y unos amigos.
Me agarro la pija con la mano en medio de la calle,
Sorpresivamente.
Su novio iba veinte pasos adelante distraído.
Me arrincono contra una pared,
Me bajo la bragueta y empezó a chuparla.
El novio se perdió en la esquina.
Justo paso un patrullero.
El brazo armado de la moral se hizo el distraído.
Y el deseo te da sorpresas.
Ella la tragaba y pasaba su lengua
Con violencia y a un ritmo continuo.
Aquello me excitaba demasiado.
Ella no llamaba mucho la atención
Ya lo dije.
Pero la persiana pesada de la moral
Termino manchada de semen arrancado
A la noche
Por una lengua bendita.

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