jueves, 2 de mayo de 2013

insomnio


No puedo dormir. Intento leer los Escritos de Antonio Gramsci sobre el Risorgimiento. Me queda aquello de que el termino intelectual viene de clerigo.  Pienso en su carga oscura y en su reproduccion laica al campo de la academia y la politica. Quiero dormir. Cuando lo intento una serie de imágenes se apoderaron de mi pensamiento.  Corria, no recuerdo como iba vestido, si iba vestido o estaba, si tenia cabello, si tenia barba o era un simple reflejo de alguien en tension corriendo hacia algun lado, como huyendo de cuerpos que me son cercanos y extranos a la vez. Sudaba y flexionaba mis piernas, me agotaba en la carrera. Un incendio sucede de fondo. Pero yo no evado el incendio busco ir hacia el y quienes me persiguen alejarme. De golpe siento en mi vientre el ardor de un sexo de mujer me sacudo con espamos como si me estuvieran penetrando, gimoteo.  Me abrazo fuerte al cuerpo de mi novio para encontrar una respuesta. El esta dormido.
Me levanto a tomar te y fumar marihuana.  Me siento a escuchar opera. Me gusta saltar de aria en aria. De repente suena una sublime catarata de dolor y ansia de libertad, es posterior al primero de mayo asi que es apropiado, es  el coro de esclavos del Nabucco de Giusepe Verdi; el corazon se me estremece. Brotan lagrimas y calor en mis mejillas. Salto a Mozart siento el odio, la furia y el dolor de la muerte con la Reina de la Noche.  Pero cuando llego a Carmen interpretando La habanera y la veo refrescar su cuerpo en agua y sentenciar que el amor es un pequeño gitanillo que huye de la ley, me desarmo, siento una llamarada de pasion que me desborda, me transporto a sus fibras mas intimas, soy sus nervios y su deseo.  
Son las 5:50 am y el amanecer no aclara.  Me paso a Nina Hagen (no me canso de pedirselo: meame en la boca Nina y decime putito). Me pregunto si Gramsci en la carcel milanesa de San Vittore se habra permitido dudar de aquello que lo hacia irreductible. Si habra temido a la muerte o al fin del amor o habra pensado en el suicido en lo mas oscuro de su derrota.  Escribir para vencer a la derrota, reflexionarla, reconocerla en toda su dimension. Escribir para vencer a la muerte. El arte vence a la muerte y la revolucion es arte, el trabajo humano es arte puro banalizado por los que ven todo como mercancia.
Quiero entregarme los brazos de un muchacho que me cante como Leonard Cohen, I’m your Man:
Si quieres un amante
Voy a hacer cualquier cosa que me pidas  
Y si quieres otro tipo de amor
Yo soy tu hombre
(…)
Y me gustaría caer a tus pies
Y me gustaría gritar a tu belleza
Como un perro en celo
Y me arrastraria a tu corazón
Y me desgarraria en tu sabana
Yo diría que por favor, por favor
Yo soy tu hombre
Intento ir a dormir. Buenos dias.

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