martes, 17 de febrero de 2009

La regla secreta


Dicen que una regla secreta de la amistad entre el hombre y la mujer es que no exista el sexo.

Aquella noche con mi amiga habíamos estado consumiendo una buena cantidad de cocaína y alcohol.

La luz tenue en su pequeño departamento, ella bella y larga tendida en mis pies.

La curiosidad mato al gato se comenta, y comenzó aquel flirteo que se vio interrumpido por el estruendo cercano de una puerta de ascensor, que nos puso alertas y paranoicos creyendo que se trataba de su novio.

–Basta yo no puedo así, dijo ella.

–Bueno conteste, pero al menos mostrame las tetas, así me llevo un buen recuerdo.

Río con una mueca deliciosa.

–Tenes razón después de tanta histeria te lo mereces.

Y se levanto la remera negra dejando al aire dos grandes pezones rosados y erguidos de unas pequeñas y preciosas tetas.

Luego de algunos besos en aquellos frutos dulces del paraíso y un último pase, aquella noche de flirteo y paranoia termino.

Pero aquel recuerdo de mi amiga me inspira este poema.

Sin que haya podido develar, en este caso, la realidad de aquella regla.

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