sábado, 22 de octubre de 2011
todo mi desayuno
Tenia ojos negros muy intensos
pero yo estaba duro y le rehuía la mirada
tenia labios gruesos
un bulto apretando su bragueta
y abundantes pelos en los brazos
juventud y curiosidad
pero yo estaba duro
y me regocijaba en el silencio
(tengo un eco
de recuerdo
y una escena de amor
entre un mafioso y un bombero
de los sopranos)
la noche se iba iluminando
la ciudad despertaba
las botellas y los vasos seguían llenos
y los murmullos de todos
prometían la revolución
la guerra
el termidor
y el socialismo
mientras sus ojos negros
se perdían en la mesa
buscando algún resto de cocaína
pero yo estaba duro
y no quería convidarle
mi ultimo pase
ni sabia como robarle un beso.
(tengo la imagen de estar con otro tipo
dando puñetazos de frente
a una multitud hostil
vuela sangre y saliva rostros
propios y ajenos)
Los ojos negros se perdieron
en las tetas de mi amiga.
Un sol rabioso
la locura
y la resaca
fueron todo mi desayuno.
viernes, 21 de octubre de 2011
en los culos de la historia
Ella le dijo -sos muy puto y por eso me gustas.
Él contesto -y vos muy puta y por eso te adoro.
Y a renglón seguido le fue metiendo de a uno los dedos gordos y grandes de la mano derecha por el culo. Y ella le decia.
-bestia me haces doler a propósito, así quiero ver que te rompan el culo y te lo llenen de leche.
A mitad de la noche se fue y él quedo solo durmiendo en un oscuro cuarto de hotel.
Días después el era un putito promiscuo, pasado de cocaína, mamando vergas en una tetera. Desnudo, en cuatro patas, sobre un sillón de cuero gastado en el fondo de una sala oscura donde proyectan porno, elogiando la verga del que se masturba en su cara, saboreando en su boca semen de ocasión y recibiendo duras palmadas en el culo.
William Burroughs lleno de heroína le voló los sesos a la esposa mientras jugaba a Guillermo Tell.
Jean Genet en Pompas fúnebres relata el desesperado intento de un chulo de salvar su vida cogiéndose a Hitler de tal manera, que haga indeseable la orden de asesinarlo.
¿Fedro habrá entregado su cuerpo para el goce del filosofo?
Del semen derramado en los culos de la historia nacen rosas con espinas, larvas y sueños de universos donde reina el caos.
Cuando él le contó, ella le pidió detalles de lo sucedido para hacerse una paja.
jueves, 13 de octubre de 2011
se vuelca la sopa
se vuelca la sopa
sobre la falda
muslos desnudos
de dulce carne
quemada
con la piel de gallina
con la hiel
del odio
en la punta de la lengua
con el estimulo
de las promesas y las mentiras.
una vez más
pierden sentido
las palabras y las cosas
y el tiempo
se consume como la ceniza
de la marihuana
como el otoño
o la primavera
se va hacia ninguna parte
hacia donde el minutero del reloj
no pueda apresarlo
medir con él
un producto del trabajo
sábado, 8 de octubre de 2011
el dogma del amor
Llegaste un día y me dijiste
que yo no te importaba
que era uno más
que solamente tenia la ventaja de la distancia.
Recuerdo, que en aquel bar llenos de viejos y viejas
que han renunciado a recordar
para esperar su ultimo suspiro,
pateé aquella botella de cerveza
y el ruido
era la única maldita cosa
que llenaba el lugar.
(Era un océano
era una cordillera
era un buitre merodeando
en algún campo de batalla).
Unos pasos dados
en la noche hacia
algún lado.
Ateos
del dogma del amor,
cautivos
de la carne,
los fluidos y
las mentiras.
domingo, 2 de octubre de 2011
El príncipe anarquista
Borís Wladimirovich se emborrachaba todas las noches en tugurios perdidos de la Buenos Aires de la segunda década del siglo XX. Un cochero amigo, el anarquista Luis Chelli, lo llevaba siempre en un estado de inconsciencia a su reducto, una triste pensión de inmigrantes en la calle Corrientes 1970. Borís tragaba vodka y ginebra y caña como buen ruso. Ahogaba así su tragedia, la muerte de su amor y el fracaso de la revolución rusa de 1905.
Borís era medico y biólogo, pero sobre todo un noble, el príncipe Borís Wladimirovich -igual que su camarada el príncipe Kropotkin- y muy rico, pero renuncio a su abolengo y dio su fortuna al movimiento anarquista al cual pertenecía. Borís sobrevivía pintando cuadros que vendía y con ese dinero se embriagaba hasta que Chelli lo transportaba de regreso a su habitación cantando canciones revolucionarias rusas, recitando poemas para un amor perdido.
Borís era un expropiador y quería editar un periódico en apoyo a la revolución bolchevique. Fue por el asalto frustrado a una casa de cambio que debió huir y más tarde fue capturado en Misiones donde desde el gobernador hasta los Ministros de la Nación querían charlar y fotografiarse con su presa, el príncipe anarquista -que como Kropotkin- renuncio a su fortuna y su abolengo para ponerse al servicio de la revolución, ser un hijo del pueblo, como reza el himno de los ácratas.
(el príncipe valiente
flamea
una bandera roja
una bandera negra
un amor plebeyo
un corazón herido
una bomba
para hacer saltar
por los aires
la sociedad burguesa.
el príncipe valiente
vomita
bilis
y venganza
en sus noches
de borracho
y prisionero.
Perez Millan
pago con su vida
por Kurt Wilkens.
el príncipe valiente
muere
lentamente
en una oscura prisión.
y este pobre poeta roba
una frase en su homenaje:
bomba, bomba,
el amor
es una atentado anarquista)
Crimen y pobreza (Louis-Ferdinand Céline. Viaje al fin de la noche)
“…Tenemos la costumbre de admirar todos los días a bandidos colosales, cuya opulencia venera con nosotros el mundo entero, pese a que su existencia resulta ser, si se la examina con un poco más de detalle, un largo crimen renovado todos los días, pero esa gente goza de gloria, honores y poder, sus crímenes están consagrados por las leyes, mientras que por lejos que nos remontemos en la Historia (…), todo nos demuestra que un hurto venial, y sobre todo de alimentos mezquinos tales como mendrugos, jamón o queso, granjea sin falta a su autor el oprobio explícito, los rechazos categóricos de la comunidad, los castigos mayores, el deshonor automático y la vergüenza inexpiable, y eso por dos razones: en primer lugar porque el autor de esos delitos es, por lo general, y ese estado extraña en sí mismo una indignidad capital y, en segundo lugar, porque el acto significa una especie de rechazo tácito hacia la comunidad. El robo del pobre se convierte en un malicioso desquite individual (…). Por eso, la represión de los hurtos de poca importancia se ejerce, fijese bien, en todos los climas, con un rigor extremo, no solo como medio de defensa social, sino también, y sobre todo, como recomendación severa a todos los desgraciados para que se mantengan en su sitio y en su casta, tranquilos, contentos y resignados a morirse por los de los siglos de miseria y de hambre”.
Louis-Ferdinand Céline. Viaje al fin de la noche.
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