Doscientas horas
más tarde
recordé
que
te amaba.
demasiado
lejos;
demasiado
tiempo;
demasiado
vino,
demasiadas
lagrimas
en el ojo
de una aguja;
demasiada cocaína
por la nariz;
demasiada entrega.
Doscientas horas
más tarde
ya no me pregunte
donde estabas;
seguramente lejos
en otros brazos;
en otras noches;
en el reposo
de otros cuerpos.
demasiadas
lagrimas
en el ojo
de una aguja
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una vez sufrido el dolor, hay que olvidar, mirar hacia otra parte,la vida y el amor, empiezan cada día en cada mirada nueva.
ResponderEliminarbesitos