martes, 14 de abril de 2009
Una decisión política
Hace diez años me dijeron tenes HIV.
Me sentía un mono sidoso y
la muerte se me presento como posibilidad.
Me acariciaba en los sueños.
Tenía dos novias.
Una me cuido como si fuera mi madre.
La otra me juro amor eterno,
me masturbo en el mismo acto y
nunca más apareció en mi vida.
Se hizo humo.
En fin.
Después pensé que nunca más tendría sexo.
Ya has cogido demasiado tío,
me dijo una buena amiga.
Culpe a mi vida de promiscuidades y excesos.
Sentí la abrumadora densidad de la derrota.
Deje las drogas y practique la monogamia.
Fui al gimnasio.
Estudie filosofía.
Deje a mi novia.
Tome una decisión política:
Abandone la culpa como un saco de piedras en el camino.
Comprendí que el tiempo era nada
Y la muerte un final.
Hice las paces con mis demonios.
Pero esos demonios me gustaban.
Eran lucidos interlocutores que vivían en mis borracheras.
Otra percepción de la vida.
En algún momento volví a su encuentro.
Estamos condenados a la libertad
decía Jean Paúl Sartre.
Una decisión política que aún estoy viviendo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario